Desde la billetera al celular: pasar de la tarjeta impresa a la experiencia virtual
Hasta el momento, las tarjetas físicas de membresía surgieron como un mecanismo para proveer descuentos y ofertas especiales para los clientes recurrentes, entregadas en supermercados, cadenas de farmacias, carnicerías, etc., estas tarjetas tenían su objetivo planteado como su sistema de rastreo a través de los sistemas ERP y CRM del negocio.
El problema principal radica en que el cliente olvidaba traer su tarjeta, la perdía o simplemente se cansaba de tener que realizar el a veces engorro proceso de inscripción y la espera por la nueva tarjeta, arruinando todo el sistema.
Así es que aparecen sus reemplazos virtuales, las tarjetas de fidelización y las plataformas digitales de administración para códigos QR y seguimiento personalizado.
Estas tarjetas virtuales crea un único código QR que el cajero puede facilmente escanear y que son almacenadas en el propio celular del cliente permitiendo realizar un sencillo seguimiento mediante los sistemas de CRM y ERP o por aplicaciones independientes.
Este método actualizado y moderno permite volver a potenciar los mismo mecanismos de fidelización pero con nuevas tecnologías, mas sencillas, de menor costo de emisión, pues ya no es necesario imprimir ni distribuido físicamente las tarjetas, a la vez de facilitar la creación de múltiples esquemas de descuento personalizados o sumatoria de puntos.
Del plástico a la palma: La revolución digital de la fidelización
Antaño, las tarjetas de fidelidad eran un trozo de plástico que prometía recompensas. Un objeto tangible, un vínculo físico entre el cliente y la marca. Pero, ¿quién no ha olvidado su tarjeta en casa o la ha visto perderse en el abismo de un bolso? La fidelidad, en ese entonces, era un juego de azar.
Hoy, la tecnología ha reinventado la lealtad. La tarjeta física, con su peso y su fragilidad, ha dado paso a un código, a un destello en la pantalla de un teléfono. Un código QR que encierra un universo de posibilidades, un puente digital entre el consumidor y la empresa.
Este pequeño cuadrado mágico, almacenado en la palma de nuestra mano, es más que un simple código. Es una promesa de personalización, de experiencias únicas, de recompensas a medida. Es la llave que abre las puertas a un mundo de beneficios exclusivos, diseñados a la medida de cada cliente.
¿Por qué conformarse con una tarjeta que puede perderse cuando puedes llevar tu fidelidad contigo a todas partes? Con las tarjetas digitales, cada compra es una oportunidad para acumular puntos, canjear recompensas y sentirte valorado.
Olvídate de los procesos engorrosos y las esperas interminables. Con un simple escaneo, tu fidelidad cobra vida. Y lo mejor de todo, es que este sistema no solo beneficia al cliente, sino también a las empresas, que pueden rastrear los hábitos de compra de manera más eficiente y ofrecer promociones más personalizadas.
La fidelidad ha evolucionado, y tú también puedes hacerlo. Descubre cómo potenciar tu negocio con las tarjetas digitales y construye relaciones duraderas con tus clientes.
¿Listo para dar el salto al futuro de la fidelización?